lunes, 17 de octubre de 2011

Los duelos de la Casa Rosada


La muerte de Manuel Quintana, en 1906, vistió por primera vez de luto la Casa Rosada. El funeral de Alvear reunió a sus más íntimos enemigos, mientras que el de Yrigoyen fue uno de los más grandes que recuerde la historia argentina.



QUINTANA: EL PRIMER LUTO


«A los 39 años no pude ser presidente, y ahora tal vez llegue a serlo... ¿Quién sabe?...». Mientras esperaba los resultados de las negociaciones del colegio electoral, Manuel Quintana sentía que esta vez no se le escaparían la banda y el bastón.

Las especulaciones electorales de los doscientos "notables" que armaron la lista de los presidenciables no olvidaron en los cómputos los datos sobre su precaria salud.

«¡Ojo, que Quintana está viejo y enfermo!»- dijeron anunciando la llegada de "la parca".

«Fui diputado, ministro y tantas cosas más...», pensó Quintana, y en esos días de contubernio se refrescó con los sonidos de un ritmo cubano y de los recuerdos de su "amigo sincero" José Martí.

Finalmente lo eligieron pero, precavidos, "los notables" nombraron también a José Figueroa Alcorta, un vicepresidente adecuado y saludable. Y el general Julio Argentino Roca dejó la Casa Rosada en manos de Quintana el 12 de octubre de 1904.

Su último mensaje presidencial fue el de Mayo de 1905. En Diciembre de ese año, ya muy enfermo, siguió concurriendo a su despacho y atendiendo las tareas del Gobierno. Alcanzó a gobernar durante 17 meses completos, en horas dramáticas y de gran agitación social.

Murió el 12 de Marzo de 1906, a los siete meses de haber salvado su vida ante el atentado cometido por el anarquista catalán Planas y Virella. ¿Le faltó tiempo para otros sueños, como el del voto libremente elegido y lealmente respetado? La historia no tiene respuesta a esa pregunta. Pudo, sin embargo, escribir la despedida al general Mitre, pero no la  pudo leer.


EL ADIÓS A ALVEAR


La muerte del presidente Marcelo T. de Alvear demostró, una vez más, la extraña obsesión argentina por los muertos célebres. El primer problema que surgió después de su muerte fue protocolar: dónde sería velado.

Se barajaron mil opiniones, pero finalmente prevaleció el criterio de su esposa, Regina: la Casa Rosada. Como suele suceder, el día del velorio Marcelo de Alvear parecía no haber tenido un solo enemigo en su vida: ahí estaban los conservadores, los que lo habían atacado, los que habían instaurado el fraude electoral en el país, privándolo de ser nuevamente presidente. 

Se deshacían en alabanzas, en panegíricos, en loas a ese gran espíritu democrático, a ese patriota excepcional. Hasta el ex presidente Agustín P. Justo, que lo había encarcelado, que le había hecho conocer la sordidez de Martín García, que lo había hecho deportar, se presentó en la Casa Rosada a manifestar sus condolencias. 

Francisco Carcavallo, hijo de un gran amigo de Alvear, recuerda haber asistido al velorio: “Reconocí a Justo, vestido con saco negro, chaleco blanco, pantalón de fantasía, polainas y zapatos negros, y su presencia me pareció francamente ofensiva. Me acerqué y le dije de muy mal modo: ‘¡Cómo se atreve a estar aquí! ¡Váyase antes que lo eche!’. Justo no tuvo otra alternativa que abandonar la casa de gobierno”.

El traslado de Alvear al Cementerio de la Recoleta reveló hasta qué punto el pueblo había sentido esa muerte. El ataúd fue sacado de la cureña y, sostenido por manos anónimas, desfiló por las calles de Buenos Aires, acompañado por consignas, por cantos, por gritos en contra del gobierno. 

Era el pueblo mismo el que lo acompañaba en su último viaje, a pesar de haber acusado a Marcelo de estar lejos de sus necesidades.


LOS DUELOS DE LA ROSADA

Al contrario de lo que suele afirmarse, el ex presidente Néstor Kirchner no fue el único que recibió honmras fúnebres bajo el techo de la rosada residencia presidencial.

Fueron 7 los presidentes argentinos velados en la Casa de Gobierno: Bartolomé Mitre, Quintana y Carlos Pellegrini (los tres fallecidos en 1906), Roque Saenz Peña (muerto en el cuarto año de su mandato, en 1914), Julio A. Roca (que falleció meses después), Marcelo Torcuato de Alvear (gobernó entre 1922 y 1928, y murió en 1942) y Kirchner (fallecido en 2010).

Además, en los 10 años y medio del período presidencial de Carlos Menem fueron velados en el Salón Blanco de la Casa Rosada, el ex ministro de Economía Miguel Angel Roig (1989), el neurocirujano y ex funcionario Raúl Matera (1994), el ex ministro de Salud Julio Corzo (1995) y el ex corredor y quíntuple campeón mundial de automovilismo Juan Manuel Fangio (1995).


Recorrido fotográfico


HIPÓLITO YRIGOYEN (1933)



EVA DUARTE DE PERÓN (1952)


JUAN DOMINGO PERÓN (1974)




RAÚL ALFONSÍN (2009)




NÉSTOR KIRCHNER (2010)



























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