Cuando la revista Forbes publicó la lista de los hombres más ricos de la Historia, en 1937, el maharajá Asaf Jah VII de Hyderabad (India) figuraba quinto en la lista, con una increíble fortuna calculada en 210.000 millones de dólares.
Una de las extravagancias favoritas del nizam (rey) de Hyderabad era la compra de coches Rolls-Royce, que pedía por docenas, hasta reunir una flota de más de cien unidades, todas ellas con la matrícula «Kothi-123», el nombre de su palacio favorito.
En 1940 le compró un destructor a Australia, lo que tiene mérito para un príncipe que gobernaba un país sin salida al mar. Llegó a disponer de 11.000 sirvientes, 38 de los cuales se dedicaban exclusivamente a quitar el polvo a los candelabros.
La fortuna del nizam de Hyderabad llegó a ser comparable con su no menos legendaria avaricia.
Cuando estaba solo en su palacio, solía vestirse con miserables pijamas y sandalias compradas en un humilde bazar indio, y que llevaba siempre el mismo fez. Si las medias que usaba tenían un agujero, simplemente le pedía a sus criados que las remendasen.
Durante una visita a las carreras hípicas de Ascot, Inglaterra, el riquísimo nizam sintió muchos deseos de comprar un helado. Pero al llamar al vendedor ambulante, y decirle éste el precio, le contestó indignado: “Bandido, ¡tú quieres arruinar al pobre mundo!”
Un diplomático británico llegó a asegurar durante los años 20 que el palacio de Asaf Jah “estaba lleno de lugares secretos en los que había escondido toneladas de oro, baúles de piedras preciosas y rupias papel, muchos millones de los cuales se decían que habían sido destruidos por las hormigas blancas…”.
Un diplomático británico llegó a asegurar durante los años 20 que el palacio de Asaf Jah “estaba lleno de lugares secretos en los que había escondido toneladas de oro, baúles de piedras preciosas y rupias papel, muchos millones de los cuales se decían que habían sido destruidos por las hormigas blancas…”.
Una legión de ratas, para las que esos billetes fueron su alimento favorito, depreciaba la fortuna en varios millones cada año.